NOTA DEL AUTOR: Para meterse mejor en el texto, recomiendo leerlo con la canción adjunta de fondo.
Pongámonos en una situación límite: el plan ha fallado, y todo lo que en principio iba bien, tranquilo, previsible... ahora se ha torcido. La situación ha cambiado por completo, ya no hay plan que valga, todo es imprevisible, es una situación límite en la que reaccionar con rapidez es más que necesario, ya habrá tiempo para pensar en las consecuencias, si es que sales vivo... La presión es extrema, una mala jugada de tus bazas, una mala jugada de tus reflejos, cualquier imprevisto al que no sepas reaccionar puede costarte la vida. El sudor y la respiración acelerada son tu abrigo y tu oxigeno, da igual un corte en un brazo si con ello saldrás de todo esto respirando...
Después de todo eso te vendrán a la cabeza multitud de películas, probablemente tu mente esté proyectando imágenes y secuencias de alguna película o serie que, seguramente, recientemente hayas visto. Puedes sentir la presión que ejerce esa escena de la película, incluso, si yo fuera hombre de letras, podrías sentirlo en mis palabras, pero es una presión que en el momento que desvíes la atención se desvanecerá.
Sin embargo si la situación fuera real, si tu fueras el protagonista de la película, si tu vida fuese la que realmente estaba en juego, esa presión, no se irá con mirar hacia otro lado... ¿podrías aguantar toda esa presión sobre tu cabeza? ¿podrías mantener tu mente clara? Es todo cuestión de fortaleza mental...
Ahora reflexiona en como crees que actuarías, en si podrías con tanta presión, si tu cabeza podría pensar con claridad y tu mente no llegar a nublarse, en si sabrías reaccionar sin pensar guiándote por tus meros instintos, especialmente uno de los más primarios: la supervivencia.
¿Crees que es fácil? ¿Tienes las ideas claras? ¿Tienes claros tus movimientos? Ahí entra en juego la presión...