Si, se acaba todo. Se va el verano, se van las vacaciones, se van los amigos a trabajar a Madrid, se va la esperanza los domingos, se van yendo los seres queridos, se va la ilusión de niño, se va el calor, se acaban las fiestas hasta el amanecer y se acaba la colección de camisetas psicodélicas que pasean por Santa Clara.
Este es claramente un texto con síndrome postvacacional. En verdad lo llevo sufriendo casi un mes pero cada vez se hace más agudo: el último sábado de vacaciones, la última fiesta del pueblo, el último domingo (es curioso pero los domingos siempre son iguales y más cuando son lluviosos)... Y en verdad no es stress por volver a Salamanca (que algo de cariño se le coje) o por volver a la facultad (joder, que estudio lo que me gusta), y mucho menos por volver a ver a mis compañeros de piso (juergas, pros, risas y borracheras), es simplemente que se vuelve a cerrar un ciclo de esos que a mi tanto me gustan, porque veo a mucha gente que durante el año no veo, porque hago cosas que durante el año no puedo disfrutar y porque el otoño no me gusta nada.
Me acuerdo cuando hablaba noche si, noche también, con una de mis mayores influencias a la hora de escribir hace dos años, porque recuerdo que noches como la de hoy se repetían como un bucle anclado en el tiempo y ella y sólo ella encontró la solución. Me da miedo, pero ahora me ha vuelto a dar una solución. Quizás sea el momento de afrontar los problemas en esta época de síndromes. Alomejor es el momento de despertar ahora que septiembre acaba.
Summer has come and passed The innocent can never last wake me up when september ends
Este es claramente un texto con síndrome postvacacional. En verdad lo llevo sufriendo casi un mes pero cada vez se hace más agudo: el último sábado de vacaciones, la última fiesta del pueblo, el último domingo (es curioso pero los domingos siempre son iguales y más cuando son lluviosos)... Y en verdad no es stress por volver a Salamanca (que algo de cariño se le coje) o por volver a la facultad (joder, que estudio lo que me gusta), y mucho menos por volver a ver a mis compañeros de piso (juergas, pros, risas y borracheras), es simplemente que se vuelve a cerrar un ciclo de esos que a mi tanto me gustan, porque veo a mucha gente que durante el año no veo, porque hago cosas que durante el año no puedo disfrutar y porque el otoño no me gusta nada.
Me acuerdo cuando hablaba noche si, noche también, con una de mis mayores influencias a la hora de escribir hace dos años, porque recuerdo que noches como la de hoy se repetían como un bucle anclado en el tiempo y ella y sólo ella encontró la solución. Me da miedo, pero ahora me ha vuelto a dar una solución. Quizás sea el momento de afrontar los problemas en esta época de síndromes. Alomejor es el momento de despertar ahora que septiembre acaba.
Summer has come and passed The innocent can never last wake me up when september ends