Hace casi dos años que en una tarde aburrida me decidí a dar el salto a blogger. No era ni el mejor día, ni la mejor época ni era un día especial. Era tan sólo un 30 de enero de 2006 que mi cabeza impulsiva me dijo "hazte un blog". Y lo hice, lo dejé abandonado, pase de él, él de mi, volví a cogerlo con ganas y ahora no se ni cómo está pero está.
Y el blog nació por el mero hecho de tener dónde escribir algo serio cuando me apeteciese, para poderlo compaginar con modas que de vez en cuando cojo para pasar el rato, como el fotolog o como el espacio de msn (que el pobre murió hace tiempo), era un proyecto de futuro, algo que recordar durante mucho tiempo.
Pero tener un blog de por si no era divertido, era como tener un diario, como escribir en las hojas de publicidad del super al aburrirse. Era divertido tener un blog con alguien, poder leer y escribir con otra persona. Y esa persona no podía ser otra que Rodrigo. El porqué lo se yo y lo sabe él, no hace falta más
Y hoy, que se cumplen 100 entradas en kronania, que es una especie de cumpleaños, que mejor manera que dedicarlo a los recuerdos que Kronania me trae, y estos no son otros que él. Si 100 entradas dan para mucho, para hablar, ilusionarse, discutir sobre cosas tontas que nunca hacemos o para ser un nexo de unión, bienvenidas sean otras 100 entradas.
Y el blog nació por el mero hecho de tener dónde escribir algo serio cuando me apeteciese, para poderlo compaginar con modas que de vez en cuando cojo para pasar el rato, como el fotolog o como el espacio de msn (que el pobre murió hace tiempo), era un proyecto de futuro, algo que recordar durante mucho tiempo.
Pero tener un blog de por si no era divertido, era como tener un diario, como escribir en las hojas de publicidad del super al aburrirse. Era divertido tener un blog con alguien, poder leer y escribir con otra persona. Y esa persona no podía ser otra que Rodrigo. El porqué lo se yo y lo sabe él, no hace falta más
Y hoy, que se cumplen 100 entradas en kronania, que es una especie de cumpleaños, que mejor manera que dedicarlo a los recuerdos que Kronania me trae, y estos no son otros que él. Si 100 entradas dan para mucho, para hablar, ilusionarse, discutir sobre cosas tontas que nunca hacemos o para ser un nexo de unión, bienvenidas sean otras 100 entradas.