Si, cáncer, con las 6 letras. Lo decía así, con un par de cojones, Carlos Llamas cuando volvía a la radio tras superarlo. Cuando lo superas tienes más arrestos que nadie. La muerte te ha mirado con sus ojos negros como tiza. Te ha agarrado por el cuello y te ha zarandeadodurante unos meses esperando a que te rindas. El cáncer es una enfermedad voraz, que aunque la venzas, ha acabado contigo.
Conocí a otros muchos que dijeron cáncer. Entre lágrimas, tartamudeando. Con el miedo que provoca su nombre. Sus 6 letras. Un miedo que esperemos que dentro de unos años desaparezca. Como desaparecieron otros. Estos otros nunca pudieron decir le he vencido. Nunca se rindieron pero cuando te hacen luchar más de un año los puñetazos no son tán certeros. Caes por agotamiento. El cáncer es tan hijo de puta, que aunque un médico te diga has vencido, vuelve. Vuelve y te ha dejado sin fuerzas en el anterior envite.
Armstrong, Molina, la Mari de Chambao... en la vida encontramos ejemplos adónde agarrarse. Ellos siguieron con su vida. Volvieron más fuertes, huecos por dentro, pero más fuertes. Cuando las fuerzas fallan, la cabeza tiene que tirar para adelante.
Hoy, me han vuelto a llegar malas noticias. Un año entero luchando. Doce meses de arrastrarse por este ring que es la vida. Con un rival que te deja morirte poco a poco. Un año que se salda con una victoria. Agónica. Sin aliento. Y después de un año de lucha y varios meses de curarse las heridas. Varios meses de disfrutar de la vida. Todo lo que se puede disfrutar, cuando sigues tocado y casi hundido. Después de escapar de sus garras, él vuelve y acaba contigo. Por la espalda. Porque sabe que si le vuelves a mirar a los ojos, le vuelves a ganar.
Amigo, que tu lucha sirva para alentar a todos los que tengan que atravesar tu camino. Que los golpes que recibiste sirvan para que el próximo que tenga que luchar esté más preparado. Amigo, que los héroes no tienen porque empuñar una espada ni ganar un Tour.