Kerouac no vino a esta clase. Clifor tampoco. Y los dos escriben mejor que la mayoría de los cabrones que van a esa clase. Esto es un puto zoológico. Una fauna. Hay 30 o 40 hienas esperando la carroña. Malditas bastardas. Yo soy un jodido loco por pensar en Kerouac mientras se me tiran al cuello. Vengo de una ciudad que es un circo. Ya ha empezado la función de las 8. No, colega, no puedes salirte del guión. Las hienas han despedazado a otra gacela indefensa. Hay que tener pelotas para sobrevivir en la jungla. Gurrutxaga lo dijo todo mucho antes. ¡De que me va a dar clase un tío que no ha leído un libro en su vida! Me tiraría al cuello de alguna de las hienas para que me mordiera. Mirarle a los ojos como un lobo ambriento. Acabarnos mordiendo todo el cuerpo aullándole a la luna llena. Y después coger el coche y conducir hasta que se desgasten las gafas de sol.