Sabía que estaba entre la pared y ella. Que si, podía ser como el filo de una espada. Y mi cabeza sin embargo sólo pensaba en escapar de los muros de la ciudad. Poder acelerar sin pensar cuando vendría el próximo semáforo. Sólo curvas y ruido de ruedas al girar. Unas gafas de sol, melena y barba de dos o tres días. Y en el cassette una banda ochentera. Si, soñaba, como casi siempre, porque me estaba quedando sin aire en Zamora. Necesitaba volar lejos sin drogas de por medio.
Y ella se acercaba a mi yugular y , a ratos, quería cortarme con su filo. Y veía en mis propios ojos otra imagen, otra espada. Y seguía saliendo el mismo coche y una canción de Los Suaves.
Si pudiera... cantaba Yosi y yo miraba al asiento del copiloto vacío mientras cerraba los ojos. Que contradicción, cerrar los ojos para ver.
Si pudiera...