Las carcajadas se entremezclan con la música ensordecedora y repetitiva. Corre el alcohol por las venas, nublando la vista y confundiendo a las ideas. Aun así, sigo sin dejar de pensar en ella. Cualquier detalle o comentario trae a mi mente el recuerdo de su pelo, su sonrisa, su belleza. Cualquier canción me recuerda a ella. ¿Obsesión? Si... puede que tengas razón... pero he intentado todo para olvidarla, y aunque yo tengo una memoria bastante vaga que muchas veces se cansa de mi y me olvida, su imagen sigue paseando por mi mente cual atractiva melodía que continuas tarareando tras escucharla.

Ella, a la que no atrevo a acercarme pero junto a la que deseo estar; a la que no me atrevo a mirar a los ojos... ojos de los que me enamore y deseo ver sin lágrimas. Esa es ella, la que me considera como un “simpático” más.

Dikers - Obsesión

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