Quedan ecos en mi cabeza de días anteriores, dónde tan solo me paraba para respirar y volver a correr. Como el niño que sueña con llegar hasta el Tourmalet con su bicicleta nueva. Como quien aprende a andar.
Un año y muchos meses dan para mucho, recuerdos imborrables y notas trágicas. Agudos de violonchelos que despiertan a altas horas de la madrugada a los borrachos que viven en Atocha.
En días como hoy, te das cuenta de lo efímera que es la vida y lo poco que importan detalles nimios que a veces nos llenan la cabeza, aunque esos detalles son los que nos ayuden a agarrarnos a la vida.
Detalles, la vida son detalles
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