Sabes que el brillo de tus ojos te delata. Tienes 31 y no puedes perder. Miras a tu compañero y sabes que no puedes hacerle las señas correspondientes. Tan solo miras y esperas. Estas intranquilo, nervioso, miras el reloj. No podrás aguantar la cara de poker mucho rato. Algo pasa. Intentas no sudar, no mover los pies. Quieres controlarlo todo. Y sin embargo, como sabes el brillo de tus ojos te delata. Es ese brillo de felicidad, el que es capaz de encender las noches más frias. Te levantas y abandonas la mesa. Puedes permitírtelo, estás en Las Vegas. Living Las Vegas
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