La diferencia entre ganar o perder, entre la victoria y el fracaso, es abismal, a la vez que casi inexistente. Por un lado, todos queremos ganar, salir victoriosos de cada una de las batallas que nos pone la vida de por medio y conocemos de sobra que no es lo mismo derrotar que ser derrotado, he ahí la diferencia abismal. Pero por otro lado, tenemos esa mínima diferencia que es la facilidad con la que se puede pasar de ganar a perder, pasar de héroe a villano, es como una gran pendiente: bajar no cuesta nada y se hace inmediatamente, sin embargo llegar a algún sitio, ya no digo la cima, cuesta mucho, en ocasiones demasiado, incluso llegando a tener que desistir.
Un día eres el héroe, el vencedor, el que recibe las palmaditas en la espalda; te lo has currado, has hecho todo lo posible para merecerlo, has trabajado duro y has dado todo de tu parte... ¡Despierta! Al día siguiente volverás a estar abajo, serás de nuevo el villano, y todo el sudor derramado para llegar a lo más alto, solo te ayudará a resbalar en tu caída. Volverás a estar en el banquillo, a si que disfruta de tu victoria y de tu gran partido, que para ver jugar a los demás desde el banco, tiempo tienes.
Apocalyptica - Nothing Else Matters
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