Vuelve a llover. La lluvia vuelve a mojar mis hombros camino a ninguna parte. No se si precisamente es la lluvia o el pensar en tantas cosas lo que hace que parece que lleve un peso extra encima. Después de decidir el destino de mi travesía, llego a casa, y me cambio, despojándome de las ropas mojadas y ponerme algo más comodo para estar en casa.

El calor de la casa es acogedor. Me acerco a la ventana de mi habitación, me siento en su repisa, apoyando un pie sobre el caliente radiador como muchas veces ya he hecho y me pongo a contemplar la lluvia caer. Delante de mi ventana no hay ningún edificio, solo naturaleza, con lo que la naturaleza empapada es lo que me distrae ahora a la vez que me ayuda a pensar. Sólo se oye el ruido de la lluvia caer y un río correr al fondo: es el silencio de la naturaleza. A veces escuchando el silencio es cuando de verdad se descubre la más bella de las melodías.

Pienso en lo mucho que intentamos destacar en algo, las muchas locuras que cometemos y lo mucho que luchamos, peleamos, etc... para al final, ser uno más, sin llegar a sobresalir más que por encima de unos pocos. En lo dificil que te ponen el camino, en la envidia de la gente, en la diferencia de gustos que muchas veces provocan divisiones de opiniones innecesarias... pienso en tantas cosas, que he decidido poner música tranquila para distraerme un poco y aclarar ideas.

Nada. Prefiero poner música ruidosa que me devuelvan a la mundanal realidad y que me ayuden a dejar de pensar y volver a ser el estúpido autómata de cada día.

Massive Attack - Teardrop

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