Hay días que uno está hasta los putos cojones de todo. Que mandaría todo a tomar por culo, cojería el primer bus a Zamora y allí el primero a Manzanal y se encerraría allí durante el tiempo que hiciera falta con tan solo la compañía de la bicicleta que tan buenos momentos me ha hecho pasar. El resto del tiempo la radio para acompañar por la noche y una nevera llena. Me pasaría allí las horas separado del mundanal ruido de Zamora y Salamanca que en dáis como hoy parece el de una gran urbe como Madrid. En días como hoy sacas lo ams nefasto de cada ciudad, lo mas asqueroso de las personas y de este puto sistema (que anarquista es esta frase), y tan sólo el reposos de la soledad te da algo de tranquilidad. Si, soy más raro que un perro verde, ¿y que? Me gusta. Aunque esto me haga fracasar en los proyectos de larga duración, pero me hace crecerme en los proyectos cortos con más vehemencia. Bueno, que me voy, que como iba diciendo, hoy es un día para borrar, será porque está acabando ya Octubre, un mes gris, oscuro, triste...para que empiece Noviembre, un mes que me encanta (lo que hace la conciencia y querer creer en algo). Es uno de esos días que a medida que van avanzando, se van nublando hasta convertirse en un nubarrón que no se separa de tu cabeza y que tan sólo quiere hacerte cerrar los párpados para inventar un nuevo día. En tan triste el día que apenas merece la pena perderlo en escribir. me voy con la compañía de la radio a ver si inventamos un nuevo día, este ya en Zamora (con todo lo que lleo conlleva).
P.D: Hoy ONO para ayudar va como el culo y no puedo poner la canción de Malos despertares de Marea, ya la pondré cuando pueda.
Cada dos minutos pierdo la razón me abandona la ilusión me tropiezo y me caigo cada dos minutos recuperación me despierta en el salón y me levanto despacio... despacio!
De vez en cuando en este medio tan caprichoso de las ondas una voz se apaga. Hay veces que el cambio es tán solo porque esa voz entra por otra onda, porque podemos ponerle una cara a esa voz que nos acompañaba o porque se merecen las cuerdas unas vacaciones totalmente merecidas. El problema es que hay veces que esas voces se apagan para siempre, no volverán a sonar más que en el recuerdo de todos aquellos que pasaron muchas noches, tardes o mañanas pasando las horas al calor del transistor; porque la radio es un medio caliente, un medio que nos hace sentir protagonistas o al menos partícipes, la radio tiene ese romanticismo que también tiene el olor y la textura de un periódico, muy lejos de lo que pueden ofrecer sus ediciones digitales.
Una muerte siempre es síntoma de tristeza, siempre cuando nos alcanza, aunque sea de lejos, nos deja algo trastocados durante unos días. Hace algo más de una semana nos dejaba Carlos Llamas, uno de los mejores periodistas del pais, pero sobretodo un hombre que hacía patria zamorana siempre que tenía lugar. Visitaba cada vez que tenía un hueco su querida tierra, su pueblo, su gente. Era un hombre de costumbres, como los somos casi todos los habitantes de esta tierra, que dicen a la otra orilla del Duero, que somos un microespacio. Carlos nos dejó porque el cancer pudo con él, no sin luchar y volver durante un tiempo a la que era su segunda casa: el estudio; desde dónde cada noche su voz, ultimamente ronca llegaba a quienes acompañabamos nuestras labores diarias con la compañía de la radio. Escuchar a Carlos Llamas era, muchas veces, sentirse de nuevo en Zamora.
Pero pasa que, como en otros casos, las desgracias nunca vienen solas y si un día se va una de las voces, poco tiempo después se va otra. Y se va una de las voces que mas tiempo llevaban en esto, uno de los hombres que inició en las ondas el misterio. Con su voz pudimos viajar años y kilómetros a dónde nos quiso llevar. Y como dije al inicio, la conmoción todavía me puede y poco puedo decir.
DEP, D. Juan Antonio Cebrian.
P.D: Podría estar horas y horas poniendo fragmentos tristes de aquel día que se me paró el corazón. Y lo que me queda. Golpe duro, muy duro
Muy de vez en cuando, ves un anuncio en la televisión que te hace sonreir, esa leve sonrisa que se te queda cuando ves algo que te gusta. Y ultimamente me ha pasado con varios anuncios, de esos que dices, esto si es "arte". Y me ha pasado con dos anuncios tan distintos, que me gustan más aún. Uno un spot facil, sencillo pero muy trabajado, el otro una obra de la tecnología: El Pais y Sony Bravia.
Este es el título del artículo escrito por Mario Crespo en la opinión. UN artículo que dice verdades como puños en un tiempo dónde la sociedad zamorana, nunca mira por su provincia y se disipa en problemas de los demás.
El fado es la expresión musical más conocida de la música portuguesa. A través de la letra y el acompañamiento de la viola, se expresan, entre otras cosas, los malos momentos de la vida, por eso, los temas más recurrentes suelen ser la melancolía, la nostalgia y la tristeza, todo ello aderezado con unas buenas dosis de frustración y fatalismo. Zamora, vecina de Tras-os-Montes, no podía permanecer inmune al aroma pesimista del fado y cada día que pasa, podemos corroborar con más certeza que la nube gris del pesimismo portugués, cruza la frontera y se acerca más a nosotros. Escribo estas líneas tan poco optimistas a raíz de la consecución total del proyecto "De Cacabelos al Camp Nou: una historia rojiblanca", la película documental, hecha por cuenta y riesgo de la ya famosa peña La Polla Rojiblanca, sobre su historia y la del club que da sentido a su existencia, el Zamora CF; película en la cual he participado en casi todos sus ámbitos. Ahora, llegados a este punto y mirando todo el proceso en retrospectiva (y a pesar de la altísima satisfacción que nos produce su consecución), me asaltan una serie de reflexiones que me han hecho escribir este Fado do Zamora. En mayo de este año, durante la rueda de prensa que precedió al estreno del documental, una periodista nos preguntó que por qué razón habíamos decidido hacer todo de manera tan independiente en vez de pedir ayudas. No recuerdo la respuesta exacta, pero venía a decir que, teniendo en cuenta que los cuatro integrantes del proyecto teníamos experiencia en la petición de ayudas a las instituciones y empresas zamoranas para la realización de proyectos audiovisuales y literarios, éramos conscientes de que resulta harto más fácil predicar en el desierto con éxito que conseguir una subvención en Zamora. No pretende ser este texto una amarga queja, simplemente un reflejo de la tristeza que te queda cuando ves en estos detalles culturales la imagen de una sociedad, que en su comprensible aburguesamiento, no apuesta casi nunca por los suyos. En el año 2004 presenté a varias instituciones públicas y privadas un proyecto cinematográfico avalado por una productora aragonesa, recibiendo tan sólo respuesta del representante en Zamora de la Film Commision de Castilla y León (aunque bien es cierto que en algo tienen que emplear las subvenciones que reciben para rodar cine en la región). Al final, la cosa quedó en agua de borrajas, pero, en cualquier caso, se agradece la deferencia. Aún estoy esperando la respuesta de la entonces Concejala de Juventud, que ni siquiera mandó una carta de cortesía con un no, que era lo que esperaba. Estas y otras muchas son las cosas que te hacen escribir estas líneas, que te hacen ver que Zamora está calada hasta los huesos por el pesimismo que narran los fados, por una desidia provocada por el aburguesamiento y el provincianismo al que están abocadas las pequeñas capitales de provincia. No creo que el caso de Zamora sea único en este país, ni creo que sea el peor de todos, ni que no tenga solución a largo plazo, lo que más me preocupa, es que Zamora y sus instituciones sigan sin prestar suficiente atención a los suyos, a los que se están yendo, a los que se quieren ir, a los que se tienen que ir, a los que se quedan y, en general, a todos. Dicen que nadie es profeta en su tierra pero considero injusto, como zamorano, el hecho de que no sólo no haya suficiente infraestructura para apoyar a los nuestros en los distintos ámbitos, que pueden ir desde lo cultural a lo deportivo, sino también que desde los medios de comunicación locales se zamoranice, por ejemplo, al piloto valenciano de la GP2 Borja García (quien probablemente no sepa ni siquiera donde está la Calle Santa Clara), en una constante preocupación por encontrar zamoranos de éxito. Preocupación que paradójicamente se desprecia desde la base institucional. Crasa contradicción. Mientras tanto, los zamoranos jóvenes y no tan jóvenes seguiremos viendo con tristeza cómo en Zamora apenas quedan puertas a las que llamar y que si queremos emprender algún proyecto, por modesto que sea, sólo tenemos la opción de ser independientes y trabajar sin recursos, a base de favores, o bien probar suerte en alguno de los escasos concursos que se ofertan. Claro que, siempre nos quedará la casi obligada opción de irnos fuera. Pero no importa, si algún día hacemos algo de cierto valor, no tardarán en volvernos a zamoranizar. Por desgracia, y parafraseando a Amalia Rodrigues, "todo esto existe, todo esto es triste, todo esto es fado".
La vida, tu vida, da giros inesperados constantemente, a veces pequeñas cosas, pero de vez en cuando nos encontramos con giros bruscos, saltos grandes. Este es mi caso actual. Yo antes era un estudiante tranquilo en Zamora... y de un dia para otro, estoy trabajando en una gran empresa en Madrid. El cambio es significativo: el modo de vida, la rutina, el lugar... incluso cosas que no han cambiado parecen distintas.
El primer cambio es la ciudad... del paso de una pequeña ciudad de unos escasos 70.000 habitantes, en el que vas y vienes de todas partes andando, incluso muchas veces, la distancia es tan corta que ni te merece encender el mp3. Una ciudad tranquila, donde los policias pasean tanto o más que los ancianos por Santa Clara y La Marina, donde cuando se oye una sirena la gente se asoma a las ventanas y balcones, donde en el periódico local casi todos los dias ves caras cercanas, donde tus planes los puedes preparar 5 minutos antes como muchas veces hemos hecho aqui el amigo derte y yo, donde puedes salir a tomar una cerveza con cualquier amigo en cualquier momento, donde todos vamos de fiesta a los mismos sitios y bajas la calle de los Herreros saludando, donde puedes salir de fiesta sin quedar con nadie especial, pues acabarás encontrandote a los amigos por todas partes, donde puedes volver de fiesta cuando quieras (aqui entran los motivos de cada uno: falta de ganas, falta de salud, excesos, madrugón al dia siguiente... todo es excusable)... de mi pequeña Zamora, que viendola ahora desde aqui parece incluso más pequeña, a la gran ciudad, a la capital, a Madrid, que con sus más de 3 millones de habitantes, asusta, en la que ir de un sitio a otro necesita ser planificado con bastante tiempo de antelación, en la que pasas más tiempo en un autobús o tren subterraneo que caminando, en el que antes de salir del portal puedes ir enchufando ya el mp3 porque seguramente vayas a tener un camino un tanto largo, en la que los ancianos tambien pasean por los parques, pero que oir una sirena es algo tan normal como encender la radio, aunque disimuladas con el ruido de la gran úrbe. Ambientes distintos, gente distinta y más diferenciada, prisas, humos, ruido, contaminación, luces, caos... en fin. Supongo que la ciudad es algo a lo que uno se acaba acostumbrando, por supuesto que si, pero uno echa de menos su ciudad natal y sobretodo, la tranquilidad de una pequeña ciudad. Todos echamos de menos el pueblo (especialmente tras las vacaciones), pues la situación, creo que puede considerarse similar.
El cambio del modo de vida también es destacable. De ser un estudiante, que se va por la mañana para a mediodia estar en casa y poder "hacer lo que te de la gana" (nótense las comillas) durante toda la tarde, a ser un trabajador más del rebaño en el que has de madrugar para entrar en una empresa para no salir hasta más de media tarde, para que luego al llegar a casa cansado no tengas ganas de mucho más, con lo que el dia ha sido consumido. Eso por no mencionar que aunque en ambos casos estás teoricamente bajo las órdenes de alguien al mando (profesor/jefe), aunque evidentemente, de formas bastante diferentes.
Supongo que en realidad tampoco esque haya un cambio principal, si no que el cómputo de todos moldean el giro.
Quizás algunos lo leerán y no verán mucha diferencia, incluso solo verán la cara positiva, y seguramente alguno viva algo similar. Gracias a dios para ello existe la libre interpretación de las cosas, aunque hay una realidad, y cada uno la vive de forma distinta.
De todas formas, por mucho cambio, por grande y brusco que sea, hay que seguir adelante. Aunque la fuerza del giro te tire al suelo, solo puedes levantarte y seguir el camino. Así es, sigo en pie.
Dikers - Sigo en pie (2001)
PD: Aprovecho a autofelicitarme, que recientemente fue mi cumpleaños (dia 5) y es el 2º cumpleaños que paso en kronania ;)
Hace casi dos años que en una tarde aburrida me decidí a dar el salto a blogger. No era ni el mejor día, ni la mejor época ni era un día especial. Era tan sólo un 30 de enero de 2006 que mi cabeza impulsiva me dijo "hazte un blog". Y lo hice, lo dejé abandonado, pase de él, él de mi, volví a cogerlo con ganas y ahora no se ni cómo está pero está.
Y el blog nació por el mero hecho de tener dónde escribir algo serio cuando me apeteciese, para poderlo compaginar con modas que de vez en cuando cojo para pasar el rato, como el fotolog o como el espacio de msn (que el pobre murió hace tiempo), era un proyecto de futuro, algo que recordar durante mucho tiempo.
Pero tener un blog de por si no era divertido, era como tener un diario, como escribir en las hojas de publicidad del super al aburrirse. Era divertido tener un blog con alguien, poder leer y escribir con otra persona. Y esa persona no podía ser otra que Rodrigo. El porqué lo se yo y lo sabe él, no hace falta más
Y hoy, que se cumplen 100 entradas en kronania, que es una especie de cumpleaños, que mejor manera que dedicarlo a los recuerdos que Kronania me trae, y estos no son otros que él. Si 100 entradas dan para mucho, para hablar, ilusionarse, discutir sobre cosas tontas que nunca hacemos o para ser un nexo de unión, bienvenidas sean otras 100 entradas.